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viernes, 20 de diciembre de 2013

'Habladurías' con locución de Manuel Muñoz Clares

Manuel Muñoz Barberán, pintor y escritor lorquino, nacido en la calle de la Cava, una de nuestras calles más señeras de la Lorca de principios del siglo pasado. Nació en el año 1921 y murió en el año 2007.

'Habladurías' de M. M. Barberán
Muñoz Barberán (Lorca, 1921) comenzó a formarse en el mundo de la pintura en la Academia Municipal de Dibujo que dirigía Francisco Cayuela. Aunque fija su residencia en Murcia son frecuentes sus viajes a Madrid, que aprovecha para completar su formación acudiendo al Círculo de Bellas Artes y realizando copias de los cuadros expuestos el Museo del Prado.

En los años 50 Muñoz Barberán se había consolidado ya como uno de los pintores más importantes de la Región.

A lo largo de su vida ha recibido numerosos premios, entre ellos, la Tercera Medalla del Salón de Otoño de Madrid; "Paisaje Madrileño" del ayuntamiento de Madrid; Palma de Plata de la Bienal de la C.A.S.E. de Elche; Premio Nacional Villacís de la Diputación Provincial de Murcia, y Laurel de Murcia de la Asociación de la Prensa en 1967.

En 1968 es nombrado académico de número de la Academia Alfonso X el Sabio de Murcia; en 1977, director del Instituto Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Murcia, y en el 2000 académico de número y fundador de la Academia de Bellas Artes Nuestra Señora de la Arrixaca.

Ha realizado 54 exposiciones individuales de pintura y entre sus obras más conocidas se encuentra "El gran mural" realizado para la Cámara de Comercio de Murcia, encargo del que fuera presidente de este organismo Miguel López Gúzman; "La puerta del contraste de la seda", "La plaza de Santo Domingo", "El mercado de Santo Domingo", "La antigua lonja de Murcia" y "La isla de las ratas".

Además de pintor, Muñoz Barberán era historiador y fue nombrado cronista de la ciudad de Murcia en 1968 e hijo predilecto de Lorca en 1990 y Medalla de Oro de la ciudad de Lorca ese mismo año.

Entre sus publicaciones están "Cartas de la tía"(1972), "La máscara de Tordesillas" (1974), "Aportaciones documentales para una biografía de Ginés Pérez de Hita"(1975), "Retratado de Avellaneda. Autor del Quijote apócrito" (1976), "Nuevas biografías del licenciado Cascales" (1972) y "Vida artística murciana en los siglos XVI y XVII. Sepan quantos".

Fuente: La Verdad


Narración de Manuel Muñoz Barberán contenida en su libro de memorias "Habladurías", editado por la Asociación de Amigos de la Cultura en el año 2012, con la locución de Manuel Muñoz Clares , m ezclada con música basada en: sonata nº 14-2.Adagio, de Mozart, por Gianluca Luisi


lunes, 16 de diciembre de 2013

'El reflejo del otro' con locución de Manuel Muñoz Clares

Eliodoro Puche; historia y crítica de un poeta
Eliodoro Puche Felices nació el 5 de abril de 1885 en la ciudad de Lorca y falleció el 13 de junio de 1964 en la misma ciudad que lo vio nacer.

Eliodoro Puche, sin h como él firmaba siempre, hijo del matrimonio formado por Eloy Puche Plá, abogado y terrateniente, y Soledad Felices López, vive una infancia feliz en compañía de sus tres hermanos y disfrutando de las comodidades que le ofrecía la holgada economía de su familia.

Al finalizar sus estudios de primaria, decide realizar el bachillerato como alumno libre, expidiéndose su título en Valencia. Al finalizar sus estudios secundarios e inducido por su padre, estudia la carrera de Derecho, profesión que apenas llegó a ejercer a lo largo de su vida.

Entre tanto, el joven Eliodoro pasa largas horas leyendo poesías románticas y comienza a inmiscuirse en el ámbito literario local publicando versos en revistas y escribiendo un ensayo sobre la evolución de la literatura para la revista Darwin....
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Fuente: regmurcia.com

ALGUNAS DE SUS OBRAS

Poesía:

Libros que permanecen inéditos:
  • Romances y Elegías
ARTÍCULOS RELACIONADOS


"El reflejo del otro" escrito por Eliodoro Puche editado en la revista Nuevo Mundo el 16 de Enero de 1931, con la locución de Manuel Muñoz Clares , mezclada con música basada en: Schumann pezzi sti le popolare 1, de Stefano Micheletti. Descargada de www.jamendo.com


lunes, 2 de diciembre de 2013

'Fartons' con locución de Toñi Sánchez Martínez

Juan Ramón Barat Dolz nació en Borbotó, pequeña aldea campesina de la huerta de Valencia, la noche del 7 de agosto de 1959.

Juan Ramón Barat
Hijo de padres hortelanos y ganaderos, pasó la niñez, la infancia y la adolescencia alternando los estudios, el trabajo en el campo y la práctica del fútbol en los equipos inferiores del Valencia CF.

Es licenciado en Filología Clásica por la Universidad de Valencia y en Filología Hispánica por la Universidad de La Laguna. Y profesor de Secundaria donde ha impartido clases en numerosos centros.

Se confiesa un verdadero amante de los escritores clásicos greco-latinos y españoles, a quienes regresa permanentemente. Sus grandes aficiones son la literatura, la música clásica, la naturaleza y la cocina. 

Juan Ramón Barat es miembro fundador del Grupo Poético ESPARTARIA de Lorca...

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Fuente: Web de Juan Ramón Barat

RELATO INÉDITO ESCRITO POR JUAN RAMÓN BARAT




"Fartons" escrito por Juan Ramón Barat, está inédito, con la locución de Toñi Sánchez Martinez, mezclada con música basada en: pasodobles sintonías del programa de radio y televisión Nuestras Bandas de Música . Con el permiso de sus autores. Su único deseo es su mayor difusión. 
descargada de la página Web.

martes, 26 de noviembre de 2013

'Preguntones' con locución de Miguel Ángel Hernández

Sobre los hermanos Álvarez Quintero

Serafín Álvarez Quintero (Utrera, Sevilla, 1871 - Madrid, 1938) y Joaquín Álvarez Quintero (Utrera, Sevilla,  1873 - Madrid, 1944).

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Los hermanos Álvarez Quintero, Serafín y Joaquín, son dos escritores utreranos que destacaron por encontrarse entre los máximos exponentes del teatro costumbrista andaluz.

A la edad de 16 y 15 años respectivamente, estrenaron su primera obra Esgrima y Amor en el Teatro Cervantes de Sevilla, cuyo gran èxito indujo a su padre a transladarlos a Madrid, donde durante más de nueve años y trabajando como funcionarios en el Ministerio de Hacienda para poder mantenerse, combinaban sus escritos y trabajo.

Con el éxito de sus primeras obras se trasladan a Madrid para dedicarse plenamente a la creación literaria. Allí evolucionan hacia la comedia de costumbres. También escribieron algunos dramas y libretos de zarzuela. La obra “Su ojito derecho”, fue acogida con mucho éxito en la capital.

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Fuente: SevillaPediaWikanda.es



"Preguntones" escrito por los hermanos Álvarez Quintero, del libro "cuentos modernistas", editado por Castalia el año 2004, con la locución de Miguel Ángel Hernández, mezclada con música basada en: 

"Sneewland" de Oskar Schuster descargada de la página web http://freemusicarchive.org

viernes, 22 de noviembre de 2013

'Rollitos de vino' con locución de José Modesto García Zamarreño


Rollitos de vino

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Jerónimo Romaguera lleva varios años guardando en lo más profundo del alma el secreto de su vida: quiere ser escritor. No un escritor local, no un poeta vulgar o un articulista de tres al cuarto en la prensa provinciana. No. Ha decidido ser un gran escritor. Un novelista con mayúsculas, un narrador del cual darán cuenta los libros de texto del futuro, las enciclopedias especializadas, los anales de la historia literaria.

Quiere romper moldes, iniciar una nueva corriente en la narrativa contemporánea. Para ello, lleva años analizando los títulos de los libros más vendidos, los estilos de los diferentes escritores, las líneas estéticas de las diversas editoriales de prestigio, los premios nacionales e internacionales. Se encuentra en disposición de escribir un auténtico best-seller , una obra magnífica. Su obra. Una revelación literaria. Está convencido.

Lleva muchos días dándole vueltas en la cabeza a la primera frase del libro. La primera frase es decisiva. El libro entero depende de esa primera frase. Su cabeza no para de dar vueltas a lo mismo. La primera frase.

Por fin, ha llegado el momento. Jerónimo Romaguera se ha sentado ante el ordenador con una bandeja de rollitos de vino y una botella de mistela. Su mujer y sus hijos duermen. Son las doce y media de la noche. Cuando escribe necesita concentrarse. Comer rollitos de vino y tomar pequeños sorbitos de algún licor le ayuda a concentrarse. Su mujer los hace. Mezcla aceite, limón, vino y azúcar. Luego añade la harina y las gaseosas. Están buenísimos. Jerónimo le da al interruptor y se come dos rollitos. Antes de que la pantalla se encienda toma un vasito de mistela. El cursor parpadea ante él. Jerónimo Romaguera se concentra. Cierra los ojos y deja la mente en blanco. Toma otro rollito y mastica en silencio.

De repente, sus dedos comienzan a teclear la primera frase: “El sol caía lentamente sobre el mar”. No, no. Faltan adjetivos, se dice.Toma otro trago y se mete un nuevo rollito en la boca. Vuelve a teclear: “El dorado sol caía lentamente sobre el mar azulado”. Jerónimo Romaguera no está muy convencido. Tal vez falta alguna comparación. Teclea: “El dorado sol caía lentamente sobre el mar azulado, como una gran pelota de fuego”. No. Lo de la pelota no le gusta. Suena a fútbol. Llena el vaso. Coge otro rollito y se lo zampa casi sin masticar.Mejor darle un tono mitológico. “El dorado Apolo con su carro de fuego caía sobre el azulado reino de Neptuno”. Tal vez es demasiado. Eliminemos mitología y pongamos algún cultismo o alguna referencia astronómica. Se bebe el vaso de un golpe y lo llena otra vez. “El astro rey con su célico carro ígneo se precipitaba sobre el cerúleo reino de Neptuno”. No. Es excesivo. Se zampa dos rollitos más y otro vasito de mistela mientras reflexiona. Mejor darle un tono natural. “El astro rey con su carro de fuego se precipitaba en el mar”. Quizá haya mucha metáfora. Quitemos paja: “El astro rey se precipitaba en el mar”. Sólo queda un rollito, lo coge y lo paladea con deleite. Vuelve al tema.Titubea. Seguramente será mejor eliminar todo lo superficial: “El sol caía al mar”. O mejor aún: “Caía la tarde”. O tal vez: “Empezaba la noche”. O simplemente: “Anochecía”.

Se le han terminado los rollitos y la botella está por la mitad.

Jerónimo duda. Enciende un cigarrillo. Se queda con la mente en blanco durante unos minutos en los que el silencio se vuelve insoportable. Apaga el cigarrillo y el ordenador, toma la botella por el cuello y comienza a beber a morro hasta que se la termina. Por la ventana puede verse la luna, como una guillotina en mitad de la noche. Es muy tarde. El reloj de pulsera marca las dos menos cinco.

Jerónimo Romaguera sonríe convencido de que está en el buen camino. Se levanta con bastante dificultad, y, procurando no despertar a su esposa, se acuesta sin quitarse la ropa. Mañana seguirá con la novela. Está seguro de que va a ser un verdadero best-seller .

Le pedirá a su mujer que nada más levantarse prepare una buena bandeja de rollitos. Son fundamentales para conseguir una buena concentración.


"Rollitos de vino" escrito por Juan Ramón Barat, con la locución de José Modesto García Zamarreño, mezclada con música basada en: 

"Nature Kid" de Podington Bear, de su disco "Background" d escargada de la página web http://freemusicarchive.org "Rollitos de vino" por José Modesto García Zamarreño

jueves, 21 de noviembre de 2013

'El lujo del candor' con locución de Josefina Meca

El lujo del candor

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Subo la escalera que va a mi estudio y la encuentro sobre mi escritorio, sonriéndome, vestida con su suéter azul y unos ojos de selva. Estaba mirando jugar a mis hijos mientras tejía quién sabe qué. Tejer era la paz para sus ratos de ocio que, por lo mismo, nunca fueron tales. No le gustaba el ocio. Quizás una de sus más tercas luchas la dio siempre contra la pérdida del tiempo. Incluso para conversar con su hermana Alicia, sólo se daba tregua después de comer. Las dos salían al jardín compartido y se acomodaban en una banca a vernos jugar un ratito mientras ellas hablaban, supongo que de su brega diaria. Mi tía Alicia marcó nuestras infancias tanto como nuestra mamá. Antes que viuda de mi padre, mi mamá fue la viuda de su hermana. Y nosotros sus huérfanos. Aún nos lastima imaginar todo lo que hubiera disfrutado quedándose. Si duda a la menor de sus nietas, entre arracadas y tacones, con el alma de fuera y los labios pintados de rojo, a los cinco años.


El esposo de mi tía Alicia se llamaba el tío Nica y durante la semana parecía ensimismado. Tras la comida dormía una siesta breve y al despertar volvía a la fábrica de hilados y tejidos que administraba con un rigor sólo comparable a su pasión por la lectura. Yo no me supe bien su infancia, ni su juventud, ni una gota del agua que todos guardamos en el río subterráneo de la memoria. Uno hubiera pensado que mi papá era todo lo contrario, porque solía tener cuentos hechos con frases cortas como destellos, y le gustaba conversar. Pero hace rato sabemos que también él escondía un mundo y que no todo se hablaba en nuestras casas. Así que ellas platicaban de lo suyo que en parte habría sido elucubrar sobre ellos y en parte sobre lo nuestro. Luego compartían secretos fijándose muy bien en que todos tuviéramos los tímpanos en otra parte. 

Quizás los de ellas no eran los grandes secretos, pero eran las cosas que los niños no teníamos por qué saber. Cosas como cuánto costaban las cosas incosteables. Como a quién añoraban y con cuál novio no se casaron. Como qué fiesta había que preparar para sorprender a quién. Cosas, sobre todo, como la risa de alguien cayéndose de golpe en mitad de la vida que llevábamos. No se hablaba de tristezas a los niños. Fuera de la historia de Jesucristo, que no podría ser más de asustar, aunque ellas eso no lo notaran, el drama no se permitía a nuestros oídos. Mucho menos algo que pudiera considerarse inmoral en el comportamiento de otros. Mantener frente a nuestro arrojo la indisoluble candidez del mundo fue, sobre cualquiera, su deber y su destino. Y de eso, si alguien supo todo, fue la tía Alicia. Porque mi mamá de repente dejaba escapar alguna pena, se ponía sería y nos dejaba ver la entretela de una decepción. También contradecía la dicha cuando se le oponía al deber. Mi tía Alicia jamás. Yo nunca la vi triste. Lo habrá estado a veces, como todo el mundo, pero casi sólo ella lo sabía. Y seguro su hermana, porque una supo todo lo de la otra desde que fueron creciendo juntas, como los gajos de una misma trenza. 

Alicia tenía los ojos cercados por la profundidad de unas ojeras que le daban a su cara una sombra de misterio, rota a cada minuto por la contundencia de sus labios. Sonreír era lo suyo. Y hacerse cargo de los juegos. Cuando íbamos al mar, siempre fue la líder indiscutible de lidia y desafío a las olas. Por eso no hay playa, ni larga ni pequeña, que no la traiga dentro animándome a todo. 

Mi mamá era ahí la encargada de la gravedad y ella la dueña de las llaves con que se desvanecía. Juntas eran una mancuerna imbatible. Nos referíamos a ellas como “las mamás”. No había ruptura en ese pacto. No que fuera visible. Sus hijos éramos hermanos, si no de padre, de todo lo demás. Eso me parecía. Ahora me pregunto qué tanto de todo esto que invoco fue así de preciso. Sin duda la voz de Alicia Guzmán pidiendo una porra para algún malherido. Nunca faltaba quien se cayera del columpio o se hiciera un raspón en la rodilla. Nunca fue que ella no estuviera junto a la cama en que mi mamá se hacía cargo de buscar el polvo de sulfatiazol y las curitas.

Cuando tomé la foto, desde la que hoy mira mi madre, su hermana Alicia ya no vivía más que en la memoria y la nostalgia con la que ella nunca nos agobió. Ahora sé de qué tamaño puede ser la adoración por una hermana y no logro entender cómo es que ella sobrevivió a esa pérdida con tantísima integridad. 

Su hermana Alicia murió a los treinta y nueve años, cuando mi mamá tenía cuarenta y dos. Justo la época en que uno acude a su hermana como al agua limpia. Porque es entonces cuando todo parece estar fraguando sin remedio para un lado o para otro. Una historia como tantas, haciéndose excepcional y horrenda cuando encarna en los nuestros. Mi madre la acompañó en todo el ir y venir por los hospitales y hubiera querido protegerla y salvarla incluso de la caprichosa mano del dios bíblico que, como bien sabemos, no perdona jamás. 

Alicia jugaba frontón. Un día al volver del juego le contó que tenía un dolor en un pecho y tocó una bolita. Supongo que se la enseñó. Entonces la gente no se andaba enseñando el pecho y tocándoselo en busca de una adivinanza. La prevención es un cuento de ahora y, con todo, viene el daño y espanta como el de antes. Ya existía el fardo ahí, quién sabe desde cuándo. 

Fueron a Houston con el tío sobrio y preciso. Allá una doctora les dijo que el cáncer ya estaba muy avanzado, pero que podían operarla y ver qué sucedía. La operaron. No se vio diferencia para bien. La amenaza de muerte era una sombra de tal tamaño que en el rostro de las hermanas vimos poca esperanza en esos meses. Menos de doce. Mi mamá nunca imaginó peor crueldad que la contundencia con que la doctora le dijo a su hermana que no tenía remedio. Así se usaba ya en los hospitales gringos, pero en nuestro mundo proteger la inocencia era sagrado y romperla un sacrilegio. Ahora también aquí ya nada se le esconde al paciente, los médicos se dirigen a los enfermos y no, igual que antes, a sus familiares para que ellos protegieran la verdad como un acertijo. Entonces, más aún en nuestra familia, el candor, que ahora sería un lujo, era un deber. 

Alicia sabía de su mal, tanto o más que cualquier doctor, pero creo que hubiera preferido el engaño para conceder a los suyos la misma coartada que los suyos hubieran querido para ella. Sólo hasta entonces conocimos nosotros una desgracia imbatible. No sé cómo pasaba algo así, pero lo nuestro no era la verdad a secas. La verdad en nuestro mundo, que era antes que ninguno el de nuestras madres, si traía un descalabro era mejor callarla. Quizás por eso el tío, que era diez años mayor que su esposa, dijo tan poco. Y mi padre que entró a la familia casi tan pronto como volvió de una guerra con todos sus horrores, nunca quiso hablar de eso. Ni pudo. Era doce años mayor que mi madre. Cuando se casaron tenía treinta y seis con sus treinta y seis mil espantos. Ella tenía veinticuatro y una sonrisa del tamaño del mundo todo, no de su pequeño mundo, sino del mundo que aún llega hasta mi escritorio cuando miro las fotos de su primera juventud. Luego, mientras fuimos niños, no sonreía de más sino cuando veía a su hermana. Era como si la vida la hubiese amonestado, como si algo imposible se hubiera roto y ella no pudiera sacarse la decepción sino junto a su hermana. Es de entonces que la recuerdo atenida al deber como a un nudo marino y a su hermana como al ancla de toda fortaleza. 

Dos años después que la intrépida tía Alicia, murió mi padre y terminó de abrirse el temblor de la verdad a secas. Ya entonces ella era fuerte para todo. Incluso para sonreír en lugar de su hermana, cuando las cosas tristes no podían acallarse.




"El lujo del candor" escrito por Ángeles Mastretta, incluido en el libro "La emoción de las cosas", editado por Seix Barral en el año 2013, con la locución de Josefina Meca, mezclada con la músic a: "Danzi-Wind Quintet op 67, n 3 in E-Flat Major, 2 Andante Moderato" de Franz Danzi descargada de la página web http://freemusicarchive.org

miércoles, 20 de noviembre de 2013

'Corte y confección' con locución de Teresa Martínez Minguez

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La vida a veces es sólo una fotografía, una noticia inesperada, un viaje en autobús… La vida a veces se resume en un segundo, o en cuarenta y cinco minutos, o en una palabra, en un color. La vida a veces es lo que sucede de puertas adentro. La vida a veces es muy poco, pero tan intensa… 

El estilo que utiliza en este libro es sencillo, ágil, con algún destello poético y haciendo gala de sus dotes informativas como cuando en televisión nos habla de cultura. El tono del libro es ante todo emocional, la pretensión final es el cierre de cada pequeña historia embargado por una sensación, no siempre en el polo de las consideradas positivas.


Fuente: Wikipedia



"Corte y confección" escrito por Carlos del Amor, incluido en el libro "La vida a veces", editado por Espasa en el año 2013, con la locución de Teresa Martínez Mínguez mezclada con la música

martes, 19 de noviembre de 2013

'Aeropuertos' con locución de Santos Campoy García

Empezó a cursar Biblioteconomía en la Universidad de Murcia, carrera que dejó para empezar a formarse en la Licenciatura de Periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid. Licenciatura de la que salió con trabajo de becario en prácticas en Televisión Española, más concretamente en el Centro Territorial en Murcia, donde trabajó en numerosos ámbitos: deportes, política, cultura, sucesos, presentador, etc. A lo largo de toda su vida profesional siempre ha estado ligado al periodismo cultural, trabajando en la sección de cultura de los informativos de TVE (primero en el territorial de Murcia y finalmente en el Telediarionacional). Durante un año hizo un paréntesis para trabajar en Reporteros, donde aprendió diversas y nuevas formas de técnicas narrativas. En 2007 co-presentó y editó el apartado cultural de La 2 Noticias
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Fuente: Wikipedia

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RELATO 'AEROPUERTOS' DEL LIBRO 'LA VIDA A VECES' POR CARLOS DEL AMOR Y LOCUCIÓN DE SANTOS CAMPOY GARCÍAÁNGEL HERNÁNDEZ GARCÍA


Carlos del Amor que ha publicado "La vida a veces", un volumen que reúne 25 cuentos, todos ellos basados en hechos reales, en los que el autor parte de una anécdota, de un hecho, para abrir el campo a través de la ficción y contar una historia que hable de la soledad, lo inesperado, la muerte de la persona amada, el cine, la fotografía o todo lo que esconde cualquier pequeña 




"Aeropuertos" escrito por Carlos del Amor, incluido en el libro "La vida a veces", editado por Espasa en el año 2013, con la locución de Santos Campoy García mezclada con la música "Sweet and Clea n" de Podington Bear, de su disco "Tender" descargada de la página web: http://freemusicarchive.org

jueves, 14 de noviembre de 2013

'Llamando a la Tierra' con locución de Josefina Meca

Lecturas en el jardín


Los enamorados que juntan sus mejillas sobre la misma página; un jubilado, que encuentra los nombres de las palomas entre las líneas de un cuento; el padre, que alterna un libro con el eterno vaivén de los columpios... Lectores de jardines, ávidos de azahar, soñadores de historias, en los parques de Murcia, espacios para el juego, la luna, la sorpresa, la aventura, la sombra, la alegría, el amor y la lectura.



"Llamando a la Tierra" escrito por José Miguel Belando, incluido en el libro "lecturas en el jardin", editado en Murcia por "tres fronteras" en el año 2010, con la locución de Josefina Meca mezclada con la música:

"the lake" de David Schombert, de su disco "Quiet life, volume 3" descargada de la página web Jamendo

viernes, 8 de noviembre de 2013

El mar con locución de Pedro Felipe Granados


'El mar' relato perteneciente al libro Ocnos de Luis Cernuda


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Al atardecer, en verano, iba el tren hacia la costa atlántica del sur. El departamento estaba ya en penumbra, y por la ventanilla corría un paisaje de chumberas y olivos, bajo un cielo de verdoso azul, que como metal ardiente al enfriarse, sólo una roja lúnula traslucía allá en el horizonte. 

Subía el tren un repecho, torcía luego en pronun­ciada curva. De pronto apareció el mar abajo, en la hondonada, y sobre el mar una estrecha faja de tierra en cuyo extremo se alzaba una ciudad: minuciosa profu­sión blanca de torrecillas, de terrazas, cercada por el agua. ¿Era la ciudad sumergida de la leyenda brotando a aquella hora silenciosa del seno marino? ¿Era un copo de ninfea abierto al beso del aire crepuscular? El mar estaba de un azul oscuro y profundo, y todo aparecía quieto, como si el tiempo quisiera detenerse en un encanto sin fin. 

La noche había cerrado al llegar el tren al pueblo costero, y apenas si se vislumbraban sus torcidos paredones, hileras de casuchas blancas y parejas de enamorados, bien juntos los dos cuchicheando en el quicio de la puerta, a la luz verdosa del gas que salía de los patios. Callejas en pendiente llevaban a plazuelas silenciosas, y tras ellas, al fin cercano en olor denso y amargo, brotó su rumor hondo, largo, extraño, como el de unas alas inmensas que chocaran en vuelo impotente. 

Al pie del murallón los pasos se hundían ya en la arena, y por el aire negro, tal vagos fantasmas, surgie­ron las velas de las barcas pesqueras. Allí estaba él: en lo oscuro, un lamento de gozo o de pena; una voz insomne llamando nadie sabe qué o quién en la vaste­dad sin nombre de la noche.

                    Luis Cernuda (1902-1963), “El mar”, Ocnos (1942), Poesía completa, Ed. Derek Harris y Luis Maristany, Madrid, Siruela, 1999, págs. 585-586


 "El Mar" por Pedro Felipe Granados. Extraído del libro "OCNOS" DE LUIS CERNUDA, HUERGA Y FIERRO editores, 2002.




'El amor' con locución de Pedro Felipe Granados

El 'amor' relato perteneciente al libro Ocnos de Luis Cernuda


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Estaban al borde de un ribazo. Eran tres grandes chopos jóvenes, el tronco fino, de un gris claro, erguido sobre el fondo pálido del cielo, y sus hojas blancas y verdes revolando en las ramas delgadas. El aire y la luz del paisaje realzaban aún más con su serena belleza la de aquellos tres árboles.

Yo iba con frecuencia a verlos. Me sentaba frente a ellos, cara al sol de mediodía, y mientras los contemplaba, poco a poco sentía cómo iba invadiéndome una especie de beatitud. Todo en derredor de ellos quedaba teñido, como si aquel paisaje fuera un pensamiento, de una tranquila hermosura clásica: la colina donde se erguían, la llanura que desde allí se divisaba, la hierba, el aire, la luz.

Algún reloj, en la ciudad cercana, daba una hora. Todo era tan bello, en aquel silencio y soledad, que se me saltaban las lágrimas de admiración y de ternura. Mi efusión, concretándose en torno a la clara silueta de los tres chopos, me lleva hacia elllos. Y como nadie aparecía por el campo, me acercaba confiado a su tronco y los abrazaba, para estrechar contra mi pecho un poco de su fresca y verde juventud.

Cernuda, Luis. Ocnos       


Perteneciente al libro 'Ocnos', título principal de la obra de Cernuda.
Ocnos es un poema en prosa que constituye la autobiografía poética de uno de los poetas más influyentes y sensibles de la generación de 27.


Más información sobre el proyecto, 'Nosotros te llemos'

El Amor" por Pedro Felipe con la música "Falling leaves" de Ken Verheecke, de su disco "Autumm reflections", descargada de la página web Jamendo

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'Mañanas de verano' con locución de Pedro Felipe Granados

La segunda incorporación del Banco de Relatos Sonoros 'Nosotros te leemos' ya está disponible
para todo aquel que quiera escucharla.

Consulta su disponibilidad
Los dos primeros relatos pertenecen al libro 'Ocnos', título principal de la obra de Cernuda.

Ocnos es un poema en prosa que constituye la autobiografía poética de uno de los poetas más influyentes y sensibles de la generación de 27. 

NOSOTROS TE LEEMOS


Más información del proyecto
El proyecto consiste en la creación de un banco de relatos sonoros para facilitar el acceso a la lectura a todas aquellas personas que por cualquier razón (problemas de movilidad, visión, hospitalización, etc.) no puedan hacer uso de los libros de las bibliotecas municipales, y por supuesto para todo aquel que los quiera escuchar.

Para ello, se van a grabar una serie de lecturas de obras literarias breves con diversas personas (actores, poetas, profesores y periodistas) que generosamente han querido colaborar prestándonos su voz.

Banco de Relatos Sonoros; 'Nosotros te Leemos'

Consiste en la creación de un banco de relatos sonoros para facilitar el acceso a la lectura a todas aquellas personas que por cualquier razón (problemas de movilidad, visión, hospitalización, etc.) no puedan hacer uso de los libros de las bibliotecas municipales, y por supuesto para todo aquel que los quiera escuchar.

Para ello, se van a grabar una serie de lecturas de obras literarias breves con diversas personas (actores, poetas, profesores y periodistas) que generosamente han querido colaborar prestándonos su voz. 

Estas grabaciones se irán publicando a través de los portales de la Red Municipal de Bibliotecas y de la Concejalía de Política Social del Mayor. 

Paralelamente se realizarán talleres de escritura y narración que permitan grabar a los autores sus relatos, ampliando así los cauces de participación de nuestros mayores convirtiéndolos en creadores y narradores de sus propias historias. 

Nuestro agradecimiento a quienes han hecho posible el comienzo de este proyecto: Pedro Felipe Granados, Fernando Carreter, Martín Campoy y Miguel Ángel Hernández.




"El Mar" por Pedro Felipe Granados. Extraído del libro "OCNOS" DE LUIS CERNUDA, HUERGA Y FIERRO editores, 2002.





Este proyecto se incluye en la I Campaña de Fomento a la Lectura para personas mayores, llevada a término por ambas Concejalías, en colaboración con la Biblioteca Municipal “Pilar Barnés”, que está desarrollando actividades tales como:  

1) Información y difusión de los recursos de lectura existentes en la biblioteca y facilitación de su acceso a los mismos, así como información sobre la posibilidad de animación sociocultural que nos proporciona la lectura. 

2) Realización de visitas concertadas la red de bibliotecas para su sensibilización con el mundo de los libros. 

3) Incorporación de nuestros mayores a los clubes de lectura existentes en nuestra biblioteca. 
4) Préstamos de material de lectura (libros letra tamaño XL) a instituciones dedicadas a mayores para la creación de sus propios clubes de lectura. 

5) Préstamo de películas acorde con las lecturas realizadas para mayores-. 
6) Préstamo de material de lectura acorde a las necesidades cognitivas de nuestros mayores (libros de lectura plus, libros de lectura fácil…) 

7) Elaboración de una selección bibliográfica dedicada al ocio, la salud y el bienestar de nuestros mayores, cuya publicación de realizará en la página web de la concejalía del Mayor y de las Bibliotecas Municipales.