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martes, 27 de agosto de 2024

El primero de la clase con locución de Teresa García

 


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Este texto titulado “El primero de la clase” es un fragmento del libro Corazón escrito por el escritor italiano Edmundo de Amicis con locución de Teresa García y música Chopin - Mazurka in B-Flat Major, Op. 7, No. 1 - Clarinet y Piano



EL PRIMERO DE LA CLASE

Garrone se atrae el cariño de todos, y Derossi, la admiración. Ha obtenido el primer premio; será también el número uno este año; nadie puede competir con él; todos reconocen su superioridad en todas las materias. Es el primero en aritmética, en gramática, en composición, en dibujo; todo lo entiende al vuelo; tiene una memoria prodigiosa; todo lo aprende sin esfuerzo; parece que el estudio es un juego para él. El maestro le dijo ayer: -Has recibido grandes dones de Dios; no tienes que hacer más que no malgastarlos. Es también, por lo demás, alto, guapo, tiene el cabello rubio y rizado; tan ágil es que salta sobre un banco sin apoyar más que una mano, y sabe ya esgrima. Tiene doce años, es hijo de un comerciante; va siempre vestido de azul, con botones dorados. Vivo, alegre, gracioso, ayuda a cuantos puede en el examen y nadie se atreve jamás a jugarle una mala pasada ni a dirigirle una palabra molesta. Sólo Nobis y Franti lo miran de reojo, y a Votini le rebosa la envidia por los ojos; pero él ni siquiera parece notarlo. Todos le sonríen y le tocan la mano o en un brazo cuando pasa cerca de aquel modo tan gracioso y simpático, al ir a recoger los deberes. Él regala periódicos ilustrados, dibujos, todo lo que en su casa le regalan a él; ha hecho para el calabrés un pequeño mapa de Calabria; y todo lo da sin pretensiones, a lo gran señor, y sin demostrar predilección por ninguno en especial. Es imposible tenerle envidia, no sentirse inferior a él en todo. ¡Ah, yo también, como Votini, lo envidio! Y siento una amargura, una especie de despecho contra él alguna vez, cuando me cuesta tanto hacer el trabajo en casa y pienso que, a aquella hora, ya lo tendrá él acabado muy bien y sin esfuerzo alguno. Pero después, cuando vuelvo a la escuela y lo encuentro tan bueno, sonriente y afable; cuando lo oigo responder con tanta seguridad a las preguntas del maestro, y veo qué amable es y cuánto lo quieren todos, no tengo más remedio que arrojar de mi corazón todo rencor, todo despecho, y me avergüenzo de haber tenido tales sentimientos. Querría entonces estar siempre a su lado, querría poder seguir todos los estudios con él. Su presencia, su voz, me infunden valor, ganas de trabajar, alegría, placer. El maestro le ha dado a copiar el cuento mensual que leerá mañana: El pequeño vigía lombardo. Él lo copiaba esta mañana y estaba conmovido con aquel hecho heroico; se le veía encendido el rostro, con los ojos húmedos y la boca temblorosa. Yo lo miraba pensando: ¡Qué hermoso está! Con gusto le habría dicho en su cara, francamente: “¡Derossi, tú vales mucho más que yo! ¡Tú eres un hombre a mi lado! ¡Yo te respeto y te admiro!”.


Este texto titulado “El primero de la clase” es un fragmento del libro Corazón escrito por el escritor italiano Edmundo de Amicis.

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