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martes, 27 de junio de 2023

El jardinero con locución de Cati Parra Arcas

 


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"El jardinero" de Rabindranath Tagore editado por Edaf, 1985 y con locución de Cati Parra Arcas

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FRAGMENTO XVII

El pájaro amarillo canta en el árbol de ellos y hace que mi corazón dance de alegría.

Ambos vivimos en la misma aldea, y eso es nuestro único motivo de júbilo.

Su par de mimados corderos vienen a pacer a la sombra de los árboles de nuestro jardín.

Si se descarrían en de nuestro campo de cebada los tomo en mis brazos. El nombre de nuestra aldea es Canyana, y Anyana llaman ellos a nues­tro río.

Mi nombre lo conoce todo el pueblo, y el de ella es Ranyana.

Sólo un prado hay entre nosotros.

Las abejas que enjambran en nuestro bosquecillo van en busca de miel al de ellos.

Las flores arrojadas desde la escalera del embarcadero de ellos llegan flotando en la corriente donde nosotros nos bañamos.

Cestillos de flores secas de kusm.vienen de los campos de ellos a nuestro mercado.

El nombre de nuestra aldea es Canyana, y Anyana llaman ellos a nues­tro río.

Mi nombre lo conoce todo el pueblo, y el de ella es Ranyana.

En primavera, la senda que serpentea hasta su casa está fragante por las flores del mango.

Cuando la linaza de ellos está en sazón para la cosecha, el cáñamo está en flor en nuestro campo. Las estrellas que sonríen sobre la cabaña de ellos nos envían a nosotros la misma mirada parpadeante.

La lluvia que llena la cisterna de ellos alegra nuestro bosque de kadam. El nombre de nuestra aldea es Canyana, y Anyana llaman ellos a nues­tro río.

Mi nombre lo conoce todo el pueblo, y el de ella es Ranyana.


FRAGMENTO XVIII

Cuando las dos hermanas vienen a buscar agua, llegan hasta este sitio y sonríen. Deben saber de alguien que se esconde tras los árboles siempre que vienen a buscar agua.

Las dos hermanas cuchichean al oído al pasar por este sitio.

Deben haber adivinado el secreto de alguien que se esconde tras los ár­boles siempre que vienen a buscar agua.

De pronto sus cántaros se bambolean, y el agua se derrama cuando ellas llegan a este sitio.

Deben haber descubierto que el corazón de alguien que se esconde tras los árboles siempre que ellas vienen a buscar agua está latiendo.

Las dos hermanas se miran cuando pasan por este sitio, y sonríen. En sus pies de pasos vivos hay una hilaridad que confunde la mente de alguien que se esconde tras los árboles siempre que vienen a buscar agua


FRAGMENTO XIX

Venías por el sendero a orillas del río con el cántaro lleno a la cadera. ¿Por qué de pronto volviste la caray me miraste a hurtadillas a través de tu velo aleteante?

Esa fulgurante mirada desde la oscuridad llegó a mí como una brisa que envía un temblor a través del agua rizada y alcanza rápidamente la pla­ya en sombras.

Llegó a mí como el pájaro del anochecer que vuela raudo por el cuar­to sin luz desde una ventana abierta a la otra, y desaparece en la noche. Como una estrella te has escondido tras las colinas, yo soy un transeúnte por el camino. Pero ¿por qué te paraste un momento y me miraste a la cara a través de tu velo cuando venías por el sendero a orillas del río con el cántaro lleno a la cadera?


FRAGMENTO XXIV

No escondas para ti sola el secreto de tu corazón, amiga.

Dímelo a mí, sólo a mí, en secreto.

Tú, de sonrisa tan dulce, susúrrame quedo, mi corazón lo oirá, no mis oídos.

La noche es profunda, la casa está silente, los nidos de los pájaros están amortajados con sueño.

Dime a través de tus lágrimas vacilantes, a través de tus sonrisas temblo­rosas, a través de dulce vergüenza y pena, el secreto de tu corazón.


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