Manuel Alcántara nació en Málaga el 10 de enero de 1928 y es un importante escritor que ha cultivado la poesía, la narrativa y el periodismo. Siendo niño se mudo con su familia a Madrid; allí vivió hasta los 18 años.
Se volcó en una época temprana a la creación poética; cuando tenía 23 años comenzó a moverse en un ambiente en el que se realizaban lecturas de poesía y tertulias literarias, lo que le brindó muchísimas oportunidades para divulgar su arte.
En lo que respecta al periodismo, se embarcó en esta labor a los 30 años, en el diario La Hora y desde entonces ha realizado diversas colaboraciones en periódicos como Diario Sur y Marca.
Entre sus obras más destacadas podemos mencionar "Manera de silencio", "La Mitad del tiempo" y "Ciudad de entonces"; cabe mencionar que con esta última consiguió en 1962 el Premio Nacional de Literatura. En nuestra web podrás leer algunos de sus poemas, tales como "En aquel tiempo", "Este jueves" y "Amanecer".
En una entrevista, Alcántara expresó que la vida se le había pasado demasiado deprisa pero que por suerte tenía la palabra, una buena forma de apresar al tiempo, no para intentar dejar algo, sino para explicarse a sí mismo la existencia, algo ininteligible.
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“Poema de las tres heridas", escrito en 1955 por Manuel Alcántara, con locución de Juan Guirao y música basada en “sonata de cello rv-40” de Vivaldi.
LÉELOS
Vivir
Vivir se va quedando sin campanas,
la esperanza no tiene qué ponerse
ni la muerte un lugar donde caerse…
¿Quién le cerró a la vida las ventanas?
Que me expliquen por qué no tienen ganas
los antiguos caminos de moverse;
ya no queda ninguno en que perderse
y me quedan que estar muchas mañanas.
Por una herida múltiple respira
mi voz y en la baranda estoy de codos
pensando en el final de la tragedia.
Qué le vamos a hacer. Si bien se mira,
con el día y la muerte estamos todos.
Mal camino. Si Dios no lo remedia.
El vino de los muertos
Recuerdo el porvenir. Todo se sabe.
Lo que me espera es una vieja historia;
la muerte empezará por la memoria,
a vivir le echarán tierra y un ave
volará, dicen (mucha duda cabe).
Lo demás nada importa, es trayectoria;
lo demás es dar vueltas a la noria.
Tenerse que morir, eso es lo grave.
El silencioso vino de los muertos
diariamente me bebo trago a trago
con la incontable sed de los desiertos.
Todo para acabar donde se empieza;
ya no sé si es vivir esto que hago,
la muerte se me sube a la cabeza.
Manuel Alcántara
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