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“Novia” de Rabindranath Tagore forma parte del libro “El jardinero” y con locución de Elena Hernández
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Fragmento X
Novia, deja ya tu trabajo. Escucha, el huésped ha llegado.
¿Le oyes? Hace temblar suavemente la cadena que cierra la puerta.
Cuida que tus ajorcas no hagan mucho ruido, y que tus pasos no se precipiten a su encuentro.
Deja ya tu trabajo, novia, el huésped ha llegado en la noche.
No, no es el aliento de un fantasma, novia, no te asustes.
Es luna llena en esta noche de abril; pálidas son las sombras en el patio;
y arriba el cielo es luminoso.
Cúbrete la cara con el velo si debes, lleva la lámpara a la puerta si tienes miedo.
No, no es el aliento de un fantasma, novia, no te asustes.
No hables una palabra con él si sientes vergüenza; quédate a un lado de la puerta cuando con él te encuentres.
Si te hace preguntas, y lo deseas,puedes bajar tus ojos en silencio.
No dejes que tus brazaletes tintineen cuando, con la lámpara en la mano, le hagas pasar.
No hables una palabra con él si sientes vergüenza.
¿Aún no has terminado tu trabajo, novia? Escucha, el huésped ha llegado.
No has encendido la lámpara en el establo?
No has preparado aún el cestillo de la ofrenda para el servicio de la noche?
No has puesto la marca roja de la suerte en la raya de tu pelo, ni te has arreglado para la noche?
Escucha, novia, el huésped ha llegado.
Deja ya tu trabajo.
Fragmento XI
Si has deshecho tu pelo trenzado, si no está recta la raya de tu pelo, si las cintas de tu corpiño están sin atar, no te preocupes.
Ven como estés, no te demores arreglándote.
Ven con pasos raudos sobre la hierba.
Si por el rocío cae de tus pies el almagre, si los anillos de cascabeles so bre tus pies se aflojan, si las perlas escapan de tu cadera, no te preocupes.
Ven con pasos raudos sobre la hierba.
Ves las nubes envolviendo el cielo?
Bandadas de grullas echan a volar desde la orilla más lejana y capricho sas ráfagas de viento se precipitan sobre el brezal.
El ganado corre inquieto a sus establos en la aldea.
Ves las nubes envolviendo el cielo?
En vano enciendes tu lámpara del tocador que vacila y se apaga en el viento.
Quién puede saber que tus párpados no han sido retocados con negro de humo? Tus ojos son más negros que nubes de lluvia.
En vano enciendes la lámpara del tocador que vacila y se apaga en el viento
Ven como estés, no te demores arreglándote.
Si la guirnalda no está trenzada, la quién le importa? Si la pulsera no está cerrada, déjalo.
El cielo se ensombrece de nubes, es tarde.
Ven como estés, no te demores arreglándote.
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