• Sígueme en Facebook>
  • Sígueme en Twitter>
  • Sígueme en Instagram
  • Sígueme en Telegram
  • RSS
  • Banco de Relatos Sonoros de la Red de Bibliotecas de Lorca
    x
    AVISO LEGAL: "No se permite el uso con fines lucrativos, ni la reproducción, comunicación pública, etc. de los contenidos. Siendo el titular de los derechos el Ayuntamiento de Lorca"

    Timbres con locución de José Modesto García


     


    ESCÚCHALO


    “Timbres” de Ramón Gómez de la Serna, forma parte del libro “Trampantojos”, editado por Clan y con locución de José Modesto García Zamarreño




    LEE EL RELATO


    Los timbres tienen una actitud obediente que nos impresiona. Son criados intermediarios que nunca piden propina. Son leales y a veces son la salvación del que es agradecido, así como la marquesa requerida atrevidamente de amores encuentra en ellos al paje que la defiende.

    Hay timbres en palacios de otro tiempo que yo no me atrevería a tocar porque lo más probable es que acudiese una bruja a las llamadas.

    En las salas de espera hay timbres que impresionan y que por muy impacientes que estemos no nos atreveremos a apretar..

    Hemos sospechado timbres que derrumbarían el edificio al ser tocados: timbres como los de los museos que concitarían a todos los bomberos a la primera presión y también hemos sospechado timbres de ministerio para que la credencial aparezca ya firmada; timbres de teatro que precipitarían la representación; timbres presidenciales que provocarían una votación súbita; timbres para la aparición de un vaso de agua con azucarillo; timbres oficinistas para la traída de más papel de barba o de una pluma nueva; timbres de circo que hacen salir de las jaulas a los leones; timbres de alarma que hacen acudir al hombre de la pistola; timbres de fábrica que a su solo funcionamiento hacen que la fábrica comience a moverse y produzca mil pares de zapatos más mientras el gerente se da cuenta de que ha sido una llamada equívoca la que se ha sentido; timbres que provocan la presentación de la cocinera con el cuchillo en la mano y el delantal arremangado, etc.

    Pero los timbres que más atacan nuestra imaginación son los timbres de hotel.

    Ya están nuestras maletas en el cuarto que nos ha sido destinado. Ya hemos cerrado la puerta con su trabilla. Entonces lo primero que se presenta a nuestra vista como algo que nos acompaña y que comparte nuestra soledad, son los timbres.

    Leemos: Una llamada, la camarera.

    Dos llamadas, el camarero.

    Tres llamadas, el mozo.

    Y al poco rato apretamos dos veces el botón cuando a quien queríamos llamar era a la camarera. ¿Qué hacer?

    Llamamos una vez más para ver si arreglarnos el asunto y entonces aparece el mozo como dispuesto a llevarse las maletas de nuevo.

    Mas dentro de la soledad, de vez en cuando miramos los timbres de la pared con sus nombres escritos en letras, doradas, Allí están en atenta fila los tres personajes prontos a nuestra orada, tan propicios a servirnos en cuanto nos oirán, que el di. de la despedida aunque no llamemos a ningún timbre y pongamos algodones en sus ombligos para que sean más sordos aún los tres personajes nos estarán esperando en la escalera.

    Pero el mundo se transforma y se complica cada vez más, y últimamente, en mi viaje a Norteamérica, he tropezado con un Hotel Paraíso cuya lista de timbres me dejó asombrado.

    El chófer había insistido tanto en llevarme al Hotel Paraíso que me dejé llevar a él.

    Era un hotel alegre, lleno de espejos y de luces y todo decorado con estalactitas de cristal. El conserje,
    con unas largas barbas, tenía algo de San Pedro y su manera de mostramos el ascensor tuvo la insinuación del que envía al lugar de las delicias.

    El ascensor —oliendo a flexible quemado como todos los ascensores de hotel— me dejó, en mi piso, perdido entre los cincuenta números del sorteo de aquellos corredores. Gracias a que una camarera a la que ya habían hablado por teléfono interior me mostró e158.

    Ya en mi cuarto fue cuando al volverme me encontré la larga ringlera de timbres, teniendo todos al margen la consignación de su personaje.

    En aquel momento me daba cuenta de por qué el chófer tenía tanto interés en llevarme al Hotel Paraíso.

    Aquél era el hotel para el autor dramático, el verdadero hotel para los Pirandellos. Con sólo tocar a cinco o seis timbres ya estaba pergeñada la comedia.

    ¿Pero quién se atrevía a llamar a alguno de aquellos timbres?

    Confieso que pasé una noche indecisa y atormentada.

    No me atrevía a apretar ningún botón y eso que acaricié alguna tecla con verdadera intención de llamar. ¡Era tan irreparable tocar el diente sensible de la dama morena! Después ya no podría evitarse la aparición porque si bien los timbres debían tener una corriente positiva para llamar y otra negativa para poder inutilizar y tachar la llamada aún no ha sido inventada esa ventaja.

    Mi mano izquierda empujó a mi mano derecha para empujar el botón del octavo timbre y ver aparecer a la artista de cine, pero, vuelvo a confesar, que no me decidí.

    Al día siguiente pagué mi cuenta abrumadora de sellos del Estado y me alejé con tristeza del hotel de los timbres novelescos que no me había atrevido a apretar, asustado hasta de la aparición del señor con sombrero de copa.



    0 comentarios:

    Publicar un comentario

    En breve aparecerá tu comentario. Gracias por participar

     

    Nosotros te leemos

    Consiste en la creación de un banco de relatos sonoros para facilitar el acceso a la lectura a todas aquellas personas que por cualquier razón (problemas de movilidad, visión, hospitalización, etc.) no puedan hacer uso de los libros de las bibliotecas municipales, y por supuesto para todo aquel que los quiera escuchar.

    Para ello, se van a grabar una serie de lecturas de obras literarias breves con diversas personas (actores, poetas, profesores y periodistas) que generosamente han querido colaborar prestándonos su voz.

    Estas grabaciones se irán publicando a través de los portales de la Red Municipal de Bibliotecas y de la Concejalía de Política Social del Mayor.

    Paralelamente se realizarán talleres de escritura y narración que permitan grabar a los autores sus relatos, ampliando así los cauces de participación de nuestros mayores convirtiéndolos en creadores y narradores de sus propias historias.


    Vistas de página en total

    © Red de Bibliotecas de Lorca. Con la tecnología de Blogger.

    Nuestra Red de Bibliotecas

    Nuestra Red de Bibliotecas la componen 10 centros: Biblioteca "Pilar Barnés", Biblioteca Infantil y Juvenil, y los centros de lectura de; Príncipe de Asturias, La Paca, Almendricos, Purias, Zarcilla, La Hoya, Marchena-Aguaderas y Cazalla


    Generador de Códigos QR Codes código qr

    Red de Bibliotecas de Lorca


    Plaza Real, s/n
    30800 LORCA (Murcia)
    968 473 127 y 968 473 130
    bibliotecalorca@lorca.es